Se produce cuando un profesional o centro sanitario se aparta de la “lex artis” (los estándares y protocolos médicos aceptados) y ese error u omisión causa un daño evitable al paciente. No basta con un mal resultado: debe existir falta de diligencia y un nexo causal claro entre la actuación incorrecta y el perjuicio sufrido.
Supuestos más habituales
Errores o retrasos en el diagnóstico que impiden tratar a tiempo una enfermedad o la agravan.
Fallos quirúrgicos: intervenir la zona errónea, dañar órganos sanos, dejar material en el interior, técnicas mal ejecutadas.
Infecciones hospitalarias evitables por deficiencias de higiene o esterilización.
Negligencias en el parto: mala monitorización fetal, retraso injustificado en practicar cesárea urgente, uso inadecuado de fórceps/ventosa, lesiones a madre o bebé.
Errores de medicación (fármacos o dosis equivocadas), altas prematuras, falta de seguimiento postoperatorio o ausencia o defectos en el consentimiento informado.
(Estos son ejemplos frecuentes, pero cada caso requiere un análisis individualizado para confirmar si hubo desviación de la buena praxis.)
Cómo reclamar: vías y pasos
Reunir documentación y pruebas: historia clínica completa, consentimientos, recetas, facturas, etc.
Valoración por abogados y peritos médicos: se estudia si hubo desviación de la lex artis y si existe viabilidad para reclamar.
Elegir la vía adecuada según el ámbito:
Sanidad pública: reclamación de responsabilidad patrimonial (vía administrativa). Si se desestima o hay silencio, se acude al contencioso‑administrativo.
Sanidad privada: demanda civil por responsabilidad contractual (y, si conviene, acción directa contra la aseguradora).
Vía penal (solo en casos especialmente graves o temerarios): denuncia/querella por lesiones o imprudencia profesional.
Presentación formal y seguimiento: negociación con aseguradoras o, en su defecto, juicio con apoyo de perito médico y procurador.
Resultado: acuerdo extrajudicial (frecuente si la responsabilidad es clara) o sentencia que fija la indemnización. Se añaden intereses si hubo retraso injustificado en el pago
Indemnizaciones posibles
Daños físicos y secuelas permanentes: (limitaciones funcionales, discapacidades, cicatrices).
Gastos médicos y asistenciales: tratamientos, rehabilitación, medicamentos, adaptaciones del hogar/vehículo, cuidadores.
Lucro cesante y pérdida de capacidad laboral: ingresos dejados de percibir durante la baja o de forma permanente.
Daño moral: sufrimiento físico/psíquico, pérdida de calidad de vida, perjuicio estético.
Perjuicios a familiares (fallecimiento o gran invalidez): compensación por daño moral y económico.
Plazos de reclamación
Sanidad pública: 1 año desde la estabilización de las lesiones o desde el fallecimiento.
Sanidad privada: generalmente 5 años (responsabilidad contractual). Cuidado: la acción directa contra la aseguradora puede prescribir al año. En todos los casos, actuar pronto es esencial para no perder el derecho: iniciar trámites y reclamaciones interrumpe la prescripción.
Pruebas necesarias
Historia clínica completa (prueba base)
Informe pericial médico independiente (pieza clave para demostrar el error y el daño).
Testigos y documentación complementaria: consentimientos, comunicaciones, protocolos, que ayuden a reconstruir los hechos.
Nuestro compromiso
Consulta inicial gratuita y valoración honesta de viabilidad.
Equipo especializado de abogados
Acompañamiento integral y cercano: usted se centra en recuperarse; nosotros nos encargamos del procedimiento y de pelear por la máxima indemnización.